Desde las noches del hombre primitivo, este aprendió que era bueno, y necesario reunirse, que el fuego era útil, daba luz y calor, extendía el sentido de la vista en la oscuridad que lo rodeaba. Cercado por sus propios temores descubrió y valoró la compañía del otro. Aprendió a agruparse, de noche a cielo abierto en torno al fuego. En estas circunstancias el fogón nos pone en contacto con las más primitivas y elementales experiencias humanas.
La noche y el fuego cobraron valor de símbolos. La primera, de lo eterno, de lo que no conocemos, de lo que no tiene límites, el segundo, de lo que podemos ver y sentir, la luz y el calor de la vida, el amor… Las llamas dejan ver rostros y almas que comparten un momento. Creemos que estas palabras representan el espíritu de este producto.
Cuenta con un emparrillado
Es un producto que hace mucho tiempo estaba buscando en la ciudad de Neuquén y no encontraba. Me facilitó mucho la compra vía La Anónima Online. El fogonero es excelente lo estreno para el solsticio de invierno con un fuego al aire libre.